domingo, 14 de marzo de 2010

QUÉDATE

Mes de Febrero del 2006


Estas líneas son aquellas palabras que no me atreví a decir cuando la vida nos jugaba la última carta...Quizás si yo te hubiese dicho...¡QUÉDATE!
Aquí estarías unido a mí todavía...

Siempre en éstas fechas...cuando son festejos donde una pareja hace tanta falta...se me hace un abismo dentro del alma.
Empiezo a recordarte, en esos momentos donde todo era tan bueno, hasta los problemas contigo no asustaban.

Era tan fácil jugar a ser la mujer que te daba las fuerzas, esas que tú reflejabas, ser el hombre decidido después de nuestras noches apasionadas, ni tú ni yo podíamos estar ausentes...Porque tú eras mi fuerzas, mi voluntad, mi fe, la vida misma...
¡QUÉDATE!...Debí decir cuando tú agonizabas...

¡QUÉDATE!...Y si implorando, Dios un milagro hubiera realizado...Pero eso ya pasó, y de mis labios enmudecidos no salio más que sólo rezos repetidos, que ahogaban la verdad de saber que te alejabas, de entender que la promesa, de que nunca me dejarías, estaba más allá de la voluntad de tu amor y mis plegarias.

Después de tantos años hoy recién puedo, decirte... ¡QUÉDATE!...Esta palabra que encierra todo el dolor y miedo a continuar sola, sin tu voz y sin tu mirada...

Querer ser valiente aunque no lo sea, querer saber lo que es necesario aunque mil dudas me cegaran, creerme fuerte...cerrando los sentidos a todo lo que me negara esta seguridad en mi camino...
Y es que el tiempo no espera, el sólo avanza, y tu partida me dio esa luz de no creer que mi vida yo la manejaba.
Hoy creo saber bien, que aunque mis labios no cedieron a esta simple y a la vez profunda palabra, Dios, que conoce todo, hasta lo que ocultamos, me hizo el milagro de que físicamente ya no me acompañaras, pero tu amor, único eterno en mi vida, es el que me ayuda ahora, y siempre que mi debilidad me ataja.

¡QUÉDATE! te digo siempre en mi vida, porque tu amor, el que hizo de mí la mujer que soy ahora, amiga de la vida y de la muerte, madre de nuestros hijos, por los que seguimos en contacto, porque nuestra sangre unida aquí, sigue dialogando...
Los dias, sean años, meses ¿Qué sabemos? Serán cada segundo un gracias, por tener la dicha de saberme amada sobre la muerte que ha algunos espanta.

No hay comentarios: