En la Liturgia de Adviento hay siete piezas de canto gregoriano llamadas Antífonas O. La traducción va aquí abajo. Date tiempo para escuharlas y meditar (duran de 60 a 85 segundos, en total 8 minutos).
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Oh Renuevo del tronco de Jesé,}
que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Oh Sol que naces de lo alto,
Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:
ven ahora a iluminar a quienes viven en tinieblas y sombra de muerte.
Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular, que haces de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.
Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
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