lunes, 16 de mayo de 2011

El Vaticano hace un llamado a combatir a los sacerdotes pederastas


  • Ciudad del Vaticano. Foto: ANDINA/Internet.
    Ciudad del Vaticano. Foto: ANDINA/Internet.











    Ciudad del Vaticano, may. 16 (ANDINA).
     La Santa Sede conminó a los obispos de todo el planeta a que conviertan en una prioridad la lucha para acabar con los abusos sexuales a menores por parte de determinados sacerdotes.
    La carta está destinada a que cada conferencia episcopal conozca la postura del Vaticano y redacte sus propias guías en consonancia con ella, pero en línea con la legislación local de cada una.
    El resultado final tendrá que enviarse en el plazo de un año para que las normas puedan ser revisadas y aprobadas.
    Una de las principales novedades que recoge es que la Iglesia insta a las diferentes diócesis a que cooperen con las autoridades civiles y denuncien los casos que lleguen a sus oídos para poner fin a los abusos que han dañado su imagen en todo el mundo.
    Además, pone en su punto de mira a los propios líderes de cada diócesis: "La responsabilidad de abordar los delitos de abusos sexuales a menores por parte de los clérigos recae en primer lugar en el obispo diocesano, que debe estar dispuesto a escuchar a las víctimas y a esforzarse en asistirles espiritual y psicológicamente”.
    Recoge también que, aunque se deber tratar a los acusados con justicia y ofrecerles un proceso justo, aquellos que se sepa que son agresores “deben ser excluidos del ministerio público”.
    Eso sí, si se tratase de una denuncia falsa, la Iglesia hará todo lo necesario para restablecer la buena fama del sacerdote.
    El portavoz vaticano, Federico Lombardi, explicó que la finalidad de esta circular no es otra que la de afrontar "a tiempo y eficazmente" el problema, con indicaciones claras y adaptadas a las situaciones de cada conferencia episcopal.
    La Santa Sede lleva años tratando de controlar el daño que le han hecho los escándalos sexuales en Estados Unidos y en varios países europeos, entre ellos la Alemania, país natal del pontífice.
    En 2010, el propio Benedicto XVI pidió el perdón de Dios y de las víctimas de abusos y aseguró que la Iglesia haría todo lo que estuviese en su poder para que esto no volviera a suceder.
    (FIN) Internet/LIT

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