Madre mía,
vengo postrándome de rodillas
a tus pies, Madre…
Susurro quedito, mientras lloro.
Y allí afuera, la lluvia me acompaña,
llorando…y su lloro limpia las calles,
como en mi centro, lava mis penas,
resbalando estas lágrimas que me queman.
Madre, aquí me tienes,
cada vez que siento perder el piso, moverse,
titubea el camino ya emprendido.
Por favor, Madre, no permitas que me aleje,
abrázame tan fuerte, protégeme.
Perdura en mi centro, ese salvaje instinto,
confusión cual enredadera,
hiedra asida a mi mente,
torturando mi conciencia.
Mujer Madre,
Tú, la única que me comprendes,
sabes todos los secretos, de mi débil vida.
Envuélveme en tu manto,
para conformar mi sed del calor ausente,
de ese cariño suave cual flor…
Que tu amor salve mi candor,
acurrúcame por favor.
Cuando ésa, mi oscura noche,
quien atemoriza mi razón, me parta,
despliega la luz de tu corazón,
oriéntame y apacienta la fiebre enferma
que calcina poco a poco mi carne…
Amén.
"Quien mejor que tú, Madre Mujer,
para conocer mis adentros
y socorrer mi querer..."
Lima, 15 de Julio 2007
PERU
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