miércoles, 17 de marzo de 2010

Los Grupos




Dios nos llama a la santidad. más cada uno tiene una relación de intimidad con Dios muy particular.
Es indispensable para ser santos cumplir los mandamientos que enseñan:
“Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”.
Sin embargo, nuestra santidad se realiza en comunión con el resto de la Iglesia de Jesús.
La “comunión de los santos” consiste, precisamente, en ese compartir y vivir del mismo Espíritu de Jesús.
Si El nos ha hecho sociables en lo humano y cada uno necesita de los demás, también nos ha hecho sociables en lo sobrenatural. Nos necesitamos unos a otros. De ahi nace la necesidad de agruparse:

Familia,

Colegio Episcopal,

Presbiterio,

Congregaciones,

Grupos apostólicos.


Asi como en Dios, cada persona es infinitamente santa, y sin embargo las tres viven en la comunión de la Trinidad, también sus seguidores necesitamos vivir la santidad personal ayudándonos, como hermanos, para crecer en ella.


Hay muchos que se reunen para hacer el mal.
Alguien me comento: “Recuerdo siempre la ventana del quinto piso de un edificio. La luz estaba prendida hasta las tres o cuatro de la mañana. Era una célula terrorista que trabajaba en la noche mientras todos dormiamos. Eso me inquietaba. Posiblemente porque podían preparar cualquier acción terrorista, pero, sobre todo, porque cada noche comprobaba que los hijos de la luz duermen, mientras velan los hijos de las tinieblas”.


Los grupos, que pueden ayudamos en la fe, son muy diferentes:

a). La familia, que es la Iglesia doméstica, la Iglesia cercana. Ahi, especialmente de los labios de nuestros padres, aprendemos las nociones fundamentales del catecismo, comenzamos a rezar y nos preparamos para recibir los sacramentos sobre todo la confesión y comunión frecuentes. Ahi también los padres cristianos “siguiendo su propio camino median- te la fidelidad en el amor, deben sostenerse mutuamente en la gracia a lo largo de toda la vida e inculcar la doctrina cristiana y las virtudes evangelicas a los hijos amorosamente recibidos de Dios” (LG 41). Debemos también tener presente la buena influencia que tiene el esposo o la esposa en el matrimonio, como dice San Pablo a los Corintios (1 Co 7,14) “pues el marido no creyente queda santificado por su mujer y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente”.

b). Los grupos apostólicos que se reunen para orar, hacer apostolado, ayudar más eficazmente al projimo, especialmente a los más pobres. En los grupos de fe compartimos testimonios y nos sentimos fuertes hablamos de las casas de Dios; el ejemplo de los demás nos estimula y cuestiona nuestra conducta; nos ayuda a crecer en la fe y a ser más comprensivos con todos. Se aprende a compartir y a vivir en solidaridad con los demás, especialmente con los más necesitados. En una palabra, el ambiente hace que tomemos la santidad como algo normal y así nos ayudamos unos a otros a ser santos.


Según la Escritura este debe ser el clima que debe reinar en los grupos cristianos:


* No marcar diferencias como pedia San Pablo a los Corintios (ver 1 Co 11, 18ss).

* Evitar las rivalidades (ver Flp 2,3).

* Tener un mismo sentir (ver Rm 12,16).

* Tener un mismo corazón y un alma sola (ver Hch 4,32). Para que haya estos grupos de fe que fortalecen el clima de santidad deben darse:

1. Corazones con la misma inquietud que miran en la misma dirección: Cristo.

2. Actividades que, lejos de entorpecer, favorezcan la santidad.

3. Compartir la vida (experiencias, luchas y problemas) para darse la mano.

4. Fructificar juntos, según decia Jesús: “Yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayais y deis fruto y que Vuestro fruto permanezca” (Jn 15,16).

5. Tener un apostolado común que los proyecte hacia los demas.
Si cada uno trabaja por su lado, dificilmente habrá un grupo apostólico de verdad.c.




La comunidad religiosa o grupo de personas consagradas con quienes se comparte la vida diaria.

La finalidad de estos grupos es ayudarse mutuamente a crecer en la perfección, es decir, a crecer en la santidad y a hacer más fecundo el apostolado. Para ellos vale gran parte de lo que se dice acerca de los grupos apostolicos.

La comunidad religiosa debe ser ante el mundo un signo de que es posible vivir los consejos evangelicos y además que existen lugares en la tierra donde se procura vivir con exigencia el pedido de Jesús:

“Padre que sean uno para que el mundo crea que tú me has enviado”.

Tu misma vida ya es testimonio que evangeliza.

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