Momentos después del gran sismo, uno de los sobrevivientes fue fotografiado con una bandera de su país en las manos. A continuación la breve historia de un hombre que ante la tragedia apostó por la esperanza.
«Ni bien vi la bandera, la levanté. Estaba sucia y descosida. Igual que Chile. Como la bandera, mi país fue golpeado, está embarrado y, de alguna manera, partido al medio. Cuando levanté la bandera lo hice con la idea de que podía lavarse, coserse, arreglarse e izarse nuevamente. Para que flamee sobre la tragedia. Cuando estaba pensando en esto, el fotógrafo llamó mi atención y cuando levanté la vista tomó la foto.
»Personalmente lavaré y arreglaré la bandera de mi país y la izaré orgulloso en la puerta de mi casa.
Con Chile pasará lo mismo; si bien hoy está golpeado, aunque demore algunos años, sé que nos levantaremos nuevamente y seguiremos nuestro camino de pie. Esta bandera será un símbolo de nuestra reconstrucción.»
Muchas veces leemos en las páginas de la Biblia sobre tragedias humanas y cada vez vemos la mano de Dios ayudando al caído. Sabemos que Dios es el mismo hoy, ayer y por los siglos. También sabemos que Dios es fiel y que no desamparará a sus hijos e hijas de Chile. La SB Chilena y el resto de la Iglesia del Señor en Chile están empeñados en convertirse en la mano de Dios para sanar y salvar.
Que Dios así lo permita.
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